martes, 14 de febrero de 2012

MIS RAICES

Estas son mis raices maternas

El abuelo se llamaba Lorenzo y la abuela Luisa. No llegué a conocerlos porque fallecieron antes de que yo naciera. Nacieron y vivieron en Torrelavega igual que mis padres. Tuvieron ocho hijas, pero sólo sobrevieron las cinco que aparecen en la fotografía.  Cuando nació la octava de sus hijas, mi madre, el médico le dijo a mi abuelo: "Lo siento mucho es otra niña." La respuesta exacta de Lorenzo no la sé, pero mi madre contaba que, con quejas destempladas, le dijo algo así como: "Sepa usted, doctor, que me siento muy dichoso con todas y para mí es como si fuera la primera".

 El nombre de la mayor era Sebastiana, Tiana para todos; la segunda Dionisia, Nisia en familia;  la terceraLuisa, Catalina, Katy,  la cuarta. Pero de mis tías fue a Luisa  a la que  más quise y más traté. También mi madre sentía veneración por ella, hasta el punto de que cuando falleció a los cincuenta y seis años por el corazón que siempre lo tuvo delicado, cuando le dieron la noticia,  se encerró en el cuarto de baño a llorar y gritar sin parar, con una gran preocupación por parte  de mi padre y tremendo susto por parte de nosotros, sus hijos. Yo, la segunda de los seis, tendría algo más de  quince años, por lo que deduzco que la pequeña, Ana, andaría por los cinco. Guardo de aquellos momentos un doloroso recuerdo.
Detrás de Katy, nació mi madre, Purificación, Purita.

El hecho de llevar unos nombres algo raros me hace pensar que siguieron la costumbre de bautizarlas con el santo del día de su nacimiento, a excepción de Luisa que se llamaba igual que mi abuela.

Mi madre contaba lo estricta que fue la abuela en su educación. Costumbre era que sólo cursaran estudios los hombres de las familias, mientras las hijas se preparaban para ser excelentes amas de casa, por ese motivo, fuera la que fuera su posición social aprendían junto al servicio todas las labores del hogar. En casa de mi abuela contaban con cocinera y doncella, pero lo que más atormentaba a mi madre era la inspección que la suya hacía de sus habitaciones, especialmente si la cama estaba perfecta, para ello solía pasar un bastón por toda la superficie comprobando la ausencia de arrugas en la colcha. Recibían, por supuesto una preparación de Cultura General, jamás encontré la más mínima falta de ortografía en nada de lo que ella  escribía,  y música; mi madre tocaba el piano, pero nunca nos lo pudo demostrar, puesto que en la Guerra Civil del 36, recien casados, perdieron todos sus bienes y al llegar la posguerra no hubo manera de que un piano entrara en nuestra casa, no sólo por lo pequeña que era, sino también por la escasez de medios. Al inaugurar mi padre la Academis donde daba clases particulares a los Universitarios que no aprobaban por sus propios medios y mejorar la situación económica, todo se fue invirtiendo en la crianza y estudios de sus seis hijos.



Mapa y  Vista de Torrelavega


Torrelavega actual

La familia Sánchez era muy conocida en Torrelavega, pues el abuelo tenía una grandes almacenes  de harina y cereales, en una enorme extensión de terrenos que  les fueron expropiados para levantar en ellos la Sniace S.A., fábrica de Celulosa.


Hoy quise buscar en Google información sobre Torrelavega y de casualidad encontré el nombre de mi abuelo Lorenzo Sánchez Alonso; aparecía como personalidad destacada porque, con otros dos comerciantes, fueron los impulsores de la Cámara de Comercio en su localidad. Contaron con muchas dificultades, a causa de la Cámara de Santander que no permitía la competencia, hasta que el propio Alcalde, Florencio Ceruti Castañeda tomó la iniciativa y marchó a Madrid para resolverlo directamente con el Gobierno.

CÁMARA DE COMERCIO



Florencio, fue un personaje muy relevante en Torrelavega,


 ya que desempeño la alcaldía en tres mandatos distintos, recibiendo el título de Marques de Peraleda. Consiguió para su pueblo la traída de aguas que junto con el ferrocarril que les unía con Castilla y Asturias, dió un gran impulso industrial y cultural a la zona. El Marqués de Peraleda fue también escritor dramático y poeta. Tengo un vago recuerdo suyo, de los veranos que pasábamos en Santander con mis tíos.  Florencio era cuñado de Tiana y  muchas cosas nos narraron de él cuando en los veraneos acudíamos algunas tardes al Castillo de Suances, propiedad de su familia que heredó el marido de mi tía, donde jugábamos de niños, inventándonos infinidad de historias.



Construído por Florencio, Marqués de Peraleda, en el siglo XIX, en la actualidad, horriblemente remozado, en realidad casi derruído, con sus piedras se levantó la nueva edificación que  ha pasado a convertirse en hotel muy frecuentado por veraneantes, ya que se encuentra en un enclave maravilloso, en el acantilado de la llamada playa de "Los Locos,"



famosa por su oleaje y porque en ella, en tiempos, los perturbados debían  ser bañados allí. He de decir que jamás consentí en disfrutar con mis hermanos de aquellas aguas que me producían pánico, el ruído de las olas al chocar contra el acantilado era ensordecedor. Lo que sí nos divertía a todos era despegar  caracoles de las rocas que mis primas cocían en un pequeño fuego en la misma playa; siempre rehusé probarlos, nunca tuve ese gusto.

En otra de las playas de Suances, con mi hermano Goyo, mi prima Lolita, en primera línea.
En segunda línea, la belleza de mi madre, su hermana Tiana y Arturo, marido de Lolita.
En la tercera mi hermano José Luís, yo y el hijo de Lolita





Entre las anécdotas que mis padres nos contaban de Santander, recuerdo que siempre mencionaban la rivalidad existente  entre los de la capital y el pueblo que era Torrelavega, rivalidad que pienso sigue existiendo en la actualidad. Precisamente en un viaje en tren, que hicieron, si mal no recuerdo para presenciar un partido de futbol, la aficción portaba una pancarta en la que se leía: "La ciudad de Torrelavega saluda al pueblo de Santander".
Aquello fue muy sonado y no sé cómo terminaría la provocación, pero la frase ha quedado para la posteridad, como ejemplo del caracter de los Torrelaveguenses, también conocidos como portugueses por  su autosuficiencia y deseos de diferenciación.

Guardo un recorte del Diario Montañes, Torrelavega llegó a tener diez diarios y un círculo cultural muy apreciado, al que pertenecieron algunos escritores montañeses, entre ellos Florencio Ceruti. En dicho diario se rememoraba con añoranza aquellos tiempos de convivencia  y comunicación vecinal que hoy se han perdido en aras de la industralización y desarrollo.  Entre las añoranzas, se hacía referencia a la presencia de las bellezas de las Sánchez por el Paseo y la Plaza.








Hoy todos los protagonistas de la fotografía que encabeza este post  han fallecido por lo que mis primos, mis hermanos y yo hemos pasado, como dice mi hermana Carmina, a la primera fila de la última batalla que sólo Dios, en el que confío ciegamente, sabe como y cuando se desarrollará  para cada uno de nosotros.


las protagonistas de esta fotografía tampoco
están ya entre nosotros:
En los dos extremos:
Mi tía Nisia y su hija Luisina,
al lado de Nisia mi madre, Puri, y una amiga.

De aquellas raices, estos brotes


Y ESTOS



Y ESTOS DOS BROTITOS, LOS ÚLTIMOS POR AHORA, DE MIS DIECINUEVE NIETOS